miércoles, 29 de septiembre de 2010

Caleidoscopio Social




Seguramente hay tantas versiones sobre un mismo hecho como personas a las que les pidamos que nos relaten el mismo. Entonces ¿Cuál es la verdad? ¿Qué es lo sustancial de un acontecimiento? Por ejemplo, las noticias recogen en gran medida lo que siente el periodista que describe el hecho noticioso, lo cual es legítimo y propio de su trabajo, pero si queremos tener un criterio propio o una versión imparcial, esto nos complica al no haber estado presente uno en el sitio y, por lo tanto, tener que depender de lo que digan otros. Por su parte, la historia escrita recoge en gran medida las perspectivas o afinidades del historiador que narra los sucesos, los hechos desde su perspectiva, desde su experiencia. En el mismo sentido, un país que gana una guerra no solo gana la misma, sino que también obtiene que su versión de los hechos sea la que prime para ser contada a las generaciones venideras. También en un juicio sucede algo similar, prevalece la versión de la parte ganadora, esta vez respaldada por la sentencia del juez. La verdad de un suceso, por lo tanto, parece ser interpretable.