Al respecto estimo conveniente transferir parte de la noticia publicada por el diario La Tercera con fecha 31 de agosto del presente año:
El 21 de mayo del 2007, Slater & Gordon, una firma de abogados con sede en Melbourne, Australia, se convirtió en el primer bufete en el mundo en transar en la Bolsa. Desde entonces el estudio emprendió un agresivo plan de expansión mediante fusiones y adquisiciones, financiadas gracias a la entrada de capitales externos.
La iniciativa de la empresa a impulsado el precio de su acción desde 1 dólar australiano, hasta 1,55 en la actualidad. Asimismo, en mayo de este año obtuvo utilidades un 56% mayores con respecto al año pasado, alcanzando los US$ 6 millones.
Uno de los mayores beneficios de transformarse en una sociedad abierta, como es la transparencia en la organización, también puede ser un problema en el caso de un estudio de abogados. Algunos juristas creen que estos estándares pueden entrar en conflicto con el secreto profesional que prima en los estudios jurídicos.
El modelo podría repicarse fuera de Australia por otras firmas pequeñas, las cuales no cuentan con el financiamiento para disputar casos costosos. Pero, hasta ahora, ninguna otra se ha aventurado a la Bolsa. En Estados Unidos, al menos las grandes firmas son reacias al modelo y existen regulaciones para la apertura de estudios jurídicos. Algunos opinan que los bufetes podrían iniciar un proceso similar al de los bancos cuando comenzaron a vender acciones hace 30 años.
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