miércoles, 28 de julio de 2010

Esa idea de castigo


Esa idea de castigo,
De sombras en mi cabeza.
Pactos de comunicación,
Con un toque de indiferencia.

Puedes encontrarte quieta,
Y llover silenciosa.
Cada fruto lleva dentro
Esencias peligrosas.

Tengo rabia contenida
En el infinito espacio de la imaginación,
Que la memoria registra
En los documentos del alma.

Puedes encontrarte quieta,
Y llover silenciosa.
Cada fruto lleva dentro
Esencias peligrosas.

Rabia de las sombras, las luces
Y las estrellas que se gastan,
De la comida amarga,
Y las balas en la muralla.

Puedes encontrarte quieta,
Y llover silenciosa.
Cada fruto lleva dentro
Esencias peligrosas.


Un toque de queda,
¡Un poeta muerto con su lápiz desangrado!:
Cupido cambió su arco…
Por una pistola.

Puedes encontrarte quieta,
Y llover silenciosa, ¡pero has algo!
Que ya bajan por la calle,
Con cuchillos en la boca.

Estaban todos,
Ocultos en la oscuridad.
Mirando y murmurando por un cuerpo amparado solo…
Por la tenue luz de un escupo solar.

Puedes encontrarte quieta,
Y llover silenciosa.
Cada fruto lleva dentro
Esencias peligrosas.

Hemos llegado al fondo de esta grieta,
Donde nos espera la miseria del mundo adulto.
Pero aún persiste un eco que rebota
En paredes invisibles e insensibles:
De juegos y caprichos infantiles…
Que nunca quisieron escapar…

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